jueves, 3 de julio de 2014
Poemas sueltos. Eloisa Guerra. 2000-2014.
Poemas sueltos
2000-2014
Julio 2000
Introspección
V
Yo suelto una carcajada falsa
Que en el torbellino del mundo es nada.
Yo dejo que mi ojo sangre
Al frente de una tonta pantalla
O al frente de mi padre,
Para que se purifique de una vez
Y el eterno nudo en mi garganta
Desaparezca mañana por la mañana.
X
Toda la noche tratando de que
Se sequen las cuencas.
Toda la noche tratando de nombrarme.
El músculo asoma por la ranura
Hacia el abismo.
Sólo oscuridad encuentra.
Vigilia inútil.
Desasosiego del día.
XV
Cerrados los puños en los
Barrotes de grafito.
El cuerpo de la ranura abierta
Que grita
Encerrado en un cubo dibujado.
Septiembre 2003
La canción de la muerte
Canten la canción de la muerte
Cántenla
Nadie va a poder con mi suerte
Nadie podrá
Madre
El aislamiento va finalizando.
¡Ha llegado la primavera!
Sus colores y trinos me impiden mirar hacia atrás.
Siento cerca la resurrección y a pesar del dolor
que ahoga mi alma, debo dejarte ir.
¿Pagaré caro este abandono? Algún día lo sabré.
Lo que ahora conozco, es mi propio corazón.
Las palabras, no logran explicarlo; las palabras no sirven.
Impunidad de este mundo que se te vuelve en contra.
¿Cómo podrán jamás las palabras, vanos constructos para sentirnos menos solos, luchar contra la injusticia que florece a cada paso?
Madre, por favor, creéme.
Me avergüenzo hasta de las cosas que no he hecho.
Aunque ya no me avergüenzo de la persona que soy.
Todo es demasiado triste y yo no puedo volver a tu regazo.
Ahora odio las sombras y las trampas que extiende la ceguera.
Debo florecer una vez más,
Y cuidar, yo sola, mi propio jardín.
A veces, mis ojos, no son ellos mismos.
Intuyen la castidad o la virtud, pero terminan
por sangrar en el estrépito cotidiano.
Adivino entonces, que miles de ojos
Deberían ser incinerados, en una
Inmensa pira, en la plaza pública.
Atardecer fatuo
¡Salud, dulce crepúsculo que reinas en mi corazón!
¡Embárgame, grata melancolía!
¡Que el perfume de mi esperanza no sea en vano!
¿Será posible la dicha, lejos de este infame calabozo?
¡Sonríe, espíritu y carne!
La noche que desates las soporíferas ataduras
Y repares tus quebradas alas,
El más bello y deseado entre los mortales,
Te recibirá contento sobre el eminente tálamo.
Besará dulcemente, aunque con hipócritas labios,
Tu pecho cansado y aun joven de Sibila ausente;
Esa que de tarde en tarde, espera con ardor,
Colgada de la ampolla,
El terrible desembarco de las huestes de la muerte.
Little peace of mind
Sabés que te daría todo lo que tengo,
Por un poco de tranquilidad.
Nada más que eso.
Así que nene, hombre o amigo:
¡abrí los ojos!
Puse mi confianza en vos.
Octubre 2003
Mágico sino
Transcurro como un río.
Odio.
Me agito.
¡Aúllo en el abismo!
Como un fugitivo, escapo hacia los bosques,
Amparado por las ninfas de estrechos vestidos.
¿Acaso deberé creer que Dios
Nunca apartó de mí su rostro?
¡Con la cantidad de Amor y Belleza
Que la traición,
Ha corrompido para siempre!
Debo parecerme a un gladiador
Surcado por exóticas heridas:
Hoy regreso, vuelvo indemne
Del vértigo de la razón.
De súbito hallo, en la sangre y el espíritu,
Fuerzas para vomitar ese oscuro veneno
Tanto tiempo adormecido.
Me pesa el corazón.
Transcurro como un río.
Diciembre 2003
Ten en cuenta el momento
Las persianas caen como lápidas
Cuando la pensión es una tumba.
Una a una, las esperanzas se van cerrando,
Y todos quieren caer también, víctimas del sueño.
¿Estarán ellos realmente cansados?
Sobre la terraza, anoche, bajo el
Cielo encapotado que yo veía rosa,
Los edificios se erigían incólumes,
Y nosotros festejábamos
Nuestra juventud.
Ten en cuenta el momento,
Y cuídate del mal.
No te avergüences de ti mismo.
Grábame como un sello sobre tu corazón,
Como un sello sobre tu brazo;
Porque el Amor es fuerte como la Muerte.
Septiembre 2005
Dos mil ciento noventa y dos
Otro día sin amor
Cruzando ese maldito parque
Hay dos pájaros al sol
Otro día sin amor
Cocinando tu soledad
Añorando sueños extraños
Otro día sin amor
Con el corazón roto en el pecho
Tomándote el mundo como una metáfora
¡Hey, mozo!
¡Otra taza de café!
Otro día sin amor
Sólo hazlo
No te muevas
No hables fuera de tiempo
No mientas
No te aferres
No te muevas
No pienses
No esperes demasiado
No les mires
No estés pendiente
No te aferres
Pero canta tu canción,
De cara al feroz viento,
Aunque te desgarres por dentro.
Noviembre 2009
Fedra
Triste desecho de la Naturaleza,
Me ocultaba del día y escapaba de la luz;
No hacía más que implorar la muerte.
Hasta que el cielo se abrió, y
Sus suspiros ingenuos,
Nos dieron días claros y suaves;
Nos tatuaron las manos de ternura.
Julio 2011
Vanguardia de mi corazón
Fue mi corazón rojo
Vanguardia por un año
O dos
Los secretos gritan alto
En este mundo ido.
Giran como aquella luna que nos mostramos.
Concierto de cuerdas
Para un barco que se hundió.
Vanguardia de mi corazón
Por un año
O dos
Vanguardia de mi corazón
Por un año
O dos
Lenguas en una pica
Tres doncellas recorrieron la comarca
Iluminadas con neón.
Plantaron cruces en la arena,
Bailaron como hechiceras.
Secaron sus lenguas al sol.
Entre perros pudriéndose,
Y hombre y mujeres vencidos
Por una fatiga a lo Sísifo,
Rogaron por la muerte.
Bajo sus caras, una luz blanca,
Iluminadas con neón.
Verde
Mi corazón era verde,
Como hierba,
Era verde.
Mi alma, mantiene su casa abierta.
Mi amor, no usa disfraz.
Mayo 2013
Greta pasaba las noches languideciendo
Esperando a que la niña llegase.
Al ver las instalaciones del aposento
En el que le tocaba vivir,
Se daba cuenta de muchas cosas.
En primer lugar, la desidia y la negligencia
Con que eran tratados todos
Los animales que por allí pasaban.
En segundo lugar, el extrañamiento
Que le producía la opresión sobre su propia carne.
Y en tercer lugar, y quizá lo más caro,
La falta que le hacía Lucía, la falta
De su amiga la sentía en los huesos,
En los húmeros huecos, hubiera dicho
Vallejo. Hubiera dicho más cosas,
Tirado como un perro, en una
Noche fría, traspasado, solo,
Enfermo y estoico.
Azurduy
Te imagino descrenchada
Con tu lanza,
Azotando el viento,
Con la mirada torva.
No hay a quien
Mirar
Dulcemente.
Vallejo
Piedra negra sobre
Una piedra blanca.
Fiebre altísima en 1938
También revuelta popular y cárcel.
Vamos de paso par
A paso impar.
Pequeñas toses, toracinas y sangre.
Marzo 2014.
With Dylan Thomas
¡Enfurécenos contra la muerte de la luz!
No entres dócilmente en esa buena noche.
Enfurécete, enfurécete ante la muerte de la luz.
Aunque los sabios entiendan al final
Que la oscuridad es lo correcto, como
También saben que ningún
Rayo ha confiado vigor a su
Oscuro verbo, saben de no entrar
Dócilmente en esa oscura noche.
Y los locos, que al sol atraparon al
Vuelo en sus cantares y advierten,
Demasiado tarde, que era tarea
Demasiado grave, no entran
Dócilmente en esa negra noche.
Y los hombre serios, que de
Viejos se vuelven ciegos, y que
Cerca del final, se dan cuenta
De que la ceguera pudo ser brasa
Y alegría, se enfurecen
Ante la muerte de la luz.
Y tú padre mío, bendíceme
Con calientes lágrimas, te lo
Ruego. No entres dócilmente
En esa triste noche.
¡Enfurécenos,
Enfurécenos ante
la muerte de la luz!
Y la muerte no tendrá dominio.
Los hombres solos han de ser
Uno solo, con el hombre del viento.
Cuando sus huesos queden limpios
Y los limpios huesos se dispersen,
Ellos tendrán estrellas en los codos
Y en los pies. Aunque se vuelvan
Locos, serán cuerdos, aunque se
Hundan en el mar, de nuevo
Surgirán, aunque se desencuentren
Los amantes, el amor no se perderá.
Y la muerte no tendrá dominio.
Los que hace tiempo yacen
Bajo los dédalos del mar no han
De morir, retorcidos de angustia
Cuando los nervios ceden, atados
A una rueda no serán destrozados:
La fe, en sus manos, ha de partirse
En dos y habrán de traspasarles
Las buenas intenciones; rotos
Los cabos, ellos no estallarán.
Y la muerte no tendrá dominio.
Romperán las olas, alentarán las flores,
Levantaremos nuestras cabezas ante
Los embates de la lluvia; nunca
Totalmente locos, ni totalmente
Cuerdos, ni totalmente muertos.
Martillearán las margaritas, irrumpirá
El sol: y la muerte, no tendrá dominio.
Este pan que yo parto no es mío,
Sino de varios. Ya no es de
La avena ni de la tierra.
Ni siquiera del comercio: no vale
Un billete o un par de monedas.
Este pan que yo parto no es mío,
Ni siquiera vuestro. Se han
Desangrado en los campos, y
La masa absorta e indiferente,
Paga cada día lo que le
Piden por él.
A la madrugada, los camiones
Lo reparten, dejando la huella
De olores que llenan el alma
Del desnutrido. No así su
Estómago. No así sus ojos,
Ni sus manos, que romperían
El vidrió del comercio,
Cortándose los nudillos,
Por ese pan.
Este pan que yo parto, no
Es el pan de los poderosos,
Ni el de los especuladores.
Tenemos nuestros ahorros
Y un muerto en el ropero
Para cuando las papas queman.
Violaciones, asesinatos,
Prostitución, suba de precios;
Venta de droga:
Ésos son nuestros muertos más
Queridos cuando nuestro pan sube.
Este pan que yo parto, hermana mía,
Es el de tu hija y su cristalina mirada.
Es el de tu taller, tu bicicleta,
Y tus pantalones roídos.
Es el pan de la soledad y el hambre,
El pan de la psicosis y la depresión,
El pan de las risas y de la alegría.
Es el pan de un cigarrillo compartido.
Este pan que yo parto,
Es el pan de los pobres.
En mi oficio o en mi arte, trabajo.
Quizá por el perfeccionamiento, la
Perfectibilidad. Por ambición;
Por el peso de cada día.
Para el hombre altivo
Y la mujer hipócrita.
Para los muertos queridos,
A los que ya nada se les debe
Y ya no nos deben nada.
Escribo páginas fieras para que
Los angustiados se alegren, los callados
Griten, los dóciles se rebelen.
Para que el abusado haga justicia
Y el niño triste, juegue tranquilo.
Para que el golpeado, golpee.
Para que el que pide, exija.
Para que el que rece, crea.
Para que el flemático sea colérico.
Para que el sordo, sea traspasado
Por una flecha.
En mi oficio o en mi arte, trabajo.
Quizá, por ambición.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario